El coaching es un proceso de cambio. Es una disciplina que lleva a construir el puente entre la situación presente y la situación futura deseada. A menudo, los logros del coaching se visibilizan por medio de metas observables, ya sea en datos o números económicos, en horas dedicadas a tal o cual actividad, o en un hito alcanzado. Pero SIEMPRE se trabaja movilizando los recursos internos del individuo. Esto puede implicar trabajar sobre creencias, valores, emociones, habilidades de comunicación, procesos cognitivos, autogestión emocional (incluido el estrés), entre otras cosas.
El coach no juzga, no emite opiniones ni juicios de valor. El coach no está para decir “esto está bien” o “está mal”, “tú lo que tienes que hacer es…”. El coach está para que tu llegues a entender los procesos de pensamientos, valores, acciones, omisiones, miedos, creencias que te han llevado a una situación que no deseabas. O que te cierran el paso para alcanzar la meta que deseas. Y que una vez que los hayas identificado, los transformes en un modelo que te dará solidez, fuerza y capacidad de alcanzar tus metas.
El coaching se centra en “de aquí y ahora en adelante” y en acciones y metas. El pasado y el problema se pueden tocar cuando sea necesario, pero no siempre lo es. Ahondar en los problemas no es un fin en sí. No tiene interés alguno si no sirve para deshacer algún bloqueo interno, o resolver una herida abierta.
Se trabaja a nivel consciente, inconsciente y subconsciente, según las necesidades y la capacidad de cada uno. Algunas personas ya tienen un nivel de autoconocimiento y capacidad de autoanálisis más desarrollada, con lo que el trabajo puede ir a niveles muy profundos. Pero aún para personas que se inician en este camino, hay fantásticas herramientas para alcanzar resultados muy potentes trabajando con la mente racional.
El coaching permite desarrollar las 5 competencias de la Inteligencia Emocional:
- Conciencia de uno mismo: es la capacidad de entender nuestras emociones y cuáles son las creencias y pensamientos detrás de ellas.
- Autogestión: la capacidad de sentir la emoción correcta, en el momento adecuado, a la intensidad indicada con la persona que procede.
- Automotivación: es la capacidad de mantener la motivación y de seguir avanzando cuales quieran que sean las circunstancias.
- Empatía: es ser capaz de entender a los demás, de “ponerse en su pellejo”.
- Relaciones eficaces y capacidad de convicción: es ser capaz de mantener con los demás relaciones positivas y tener una influencia constructiva sobre las personas de nuestro entorno.